 A pesar de que hasta finales del siglo XX, la historia del arte había relegado su historia y participación a un segundo plano, ambos su talento y habilidad, le valieron el respeto y reconocimiento públicos de sus colegas varones contemporáneos, logro por lo demás inusual para las mujeres de la época. Su voluntad de romper con la tradición, la trascendencia de sus modelos y su capacidad la convierten, para algunos autores, en “la gran dama de la pintura”.
A pesar de que hasta finales del siglo XX, la historia del arte había relegado su historia y participación a un segundo plano, ambos su talento y habilidad, le valieron el respeto y reconocimiento públicos de sus colegas varones contemporáneos, logro por lo demás inusual para las mujeres de la época. Su voluntad de romper con la tradición, la trascendencia de sus modelos y su capacidad la convierten, para algunos autores, en “la gran dama de la pintura”. 
A pesar de que hasta finales del siglo XX, la historia del arte había relegado su historia y participación a un segundo plano, ambos su talento y habilidad, le valieron el respeto y reconocimiento públicos de sus colegas varones contemporáneos, logro por lo demás inusual para las mujeres de la época. Su voluntad de romper con la tradición, la trascendencia de sus modelos y su capacidad la convierten, para algunos autores, en “la gran dama de la pintura”
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| (Paule Gobillard pintando) 
 
 
 
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| (El espejo psique) 
 
 
 
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| (Pastora desnuda tumbada) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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